sábado, 16 de octubre de 2010

capitulo 10

-¡Será hijo de puta!- Exclamó Eva levantándose dando un fuerte golpe en la mesa.- Tienes que denunciarlo. Nadie tiene derecho a maltratarte- De pronto recordó donde se encontraba e intentó calmarse. Todas las personas de la cafetería la estaban mirando. Yolanda la agarró y le pidió por favor que se sentará.
Mientras tanto en la otra punta de la ciudad, Mario no daba credito a la noticia que acababa de recibir. Era genial. Aquel era su sueño y no podía creer que se hubiera cumplido. Empezaba el lunes. De pronto recordó que apenas tenía ropa decente y por lo tanto decidió ir aquella misma tarde a comprar algo con lo que dar una buena imágen.
Eva pagó los cortados mientras Yolanda se secaba los restos de lágrimas que aún quedaban en sus ojos. Eva le dió un último abrazo para reconfortarla y juntas abandonaron la cafetería. -Denuncialo, no permitas que te ponga la mano encima ni una vez más- le dijo una vez más antes de despedirse de ella. Yolanda asintió. Sabía que su amiga tenía razón. Se sintió una estúpida, nunca debió haber permitido que sucediera de nuevo pero claro le quería y por eso había soportado aquella situación. Eva se dispuso a marcharse pero de pronto recordó algo y le pareció una buena idea- Yoli, he quedado con las chicas esta tarde para ir de tiendas.Ven con nosotras, será divertido-añadió Eva mirandola. De acuerdo-asintió Yolanda.- Bien, entonces hasta la tarde-respondió Eva regalándole una sonrisa y se fue dejándo a su amiga con otra sonrisa en la cara.

capitulo 9

-¡El lo ha vuelto a hacer!- exclamó Yolanda enttre sollozos. -¿Qué es lo que ha pasado Yoli? cuentamelo todo-dijo Eva intenando reconfortarla.-Vamos a tomar algo y me pones al día ¿de acuerdo?-añadió. Yoli asentó con la cabeza pues de haber hablado las lágrimas habrían ahogado su voz.
Mario se secó las lágrimas y se incorporó de la cama.-¡No fue tu culpa!-Se dijo para sí. El destino así lo quiso. Abrió el cajón y de nuevo retornó la carta a su lugar.
Yoli y Eva dejaron la facultad y entraron en una cafetería próxima a esta. -Muy bien, tranquilizate y cuentame qué es lo que ha sucedido- preguntó Eva al tiempo que ponía dos cortados encima de una mesa.
-De acuerdo- respondió Yolanda a media voz y empezó a relatarle lo ocurrido intentando que las lágrimas no ahogaran su voz.
En aquel preciso instante sonó el movil de Mario. Mario se apresuró a cogerlo antes de que se cortara. - Si digame, ¿quién es?- respondió inttentando trasmitir seguridad. - Señor Espinosa soy Don Diego López- respondió alguien al otro lado del teléfono y añadió a continuación- Enhorabuena y bienvenido a la empresa, el trabajo es suyo- Una sonrisa iluminó el rostro de Mario,lo había conseguido.-Empieza el lunes-continuo la voz-Muchisimas gracias señor López-respondió Mario sin poder ocultar su alegría. Pero no sabía que pronto tendría otro motivo más para sonreir.